La retinopatía diabética es una complicación de la diabetes y una de las principales causas de ceguera irreversible. Ocurre cuando la diabetes daña los pequeños vasos de la retina. Los vasos sanguíneos dañados por la retinopatía diabética pueden causar una pérdida en la visión por medio de:

  • Pueden desarrollar vasos sanguíneos nuevos anormales frágiles (neovascularización), que pueden gotear sangre en el centro del ojo, opacando la visión. Esto es la retinopatía proliferativa, y es la cuarta y la más avanzada etapa de la enfermedad.
  • Permiten el paso de líquido a través de los capilares de los vasos sanguíneos dañados que, al involucrar la mácula, la parte del ojo que provee la visión central. Este líquido hace que la mácula se inflame, causando visión borrosa. Esta condición se llama edema macular.
  • Obstrucción de los capilares y arteriolas de la retina. La obstrucción de los vasos, produce falta de oxígeno a las células encargadas de la recepción de los estímulos luminosos, los conos y los bastones.
  • Contracción del tejido fibrovascular, hemorragia intraocular y desprendimiento de retina debido a la tracción. Esta es la última fase de la enfermedad que puede conducir a una pérdida muy importante de la capacidad visual. Además, los nuevos vasos pueden crecer en la cámara anterior (iris y ángulo camerular) y bloquear la circulación del humor acuoso provocando el aumento de la presión intraocular, condición ocular conocida como glaucoma neovascular.

Si usted tiene diabetes, puede que al principio no notará ningún cambio en su visión. Pero con el tiempo, la retinopatía diabética puede causar una pérdida en la visión irreversible.